
Ana Lorena Shedden Quirós
Mercadeo y Comunicación
El Proyecto Huertas Caseras Sostenibles del Área de Extensión y Acción Social de la Universidad Técnica Nacional, Sede del Pacífico, continúa compartiendo el aprendizaje con muchas familias puntarenenses.
Este curso, a cargo de la Ing. Agrónoma Amelia Espinoza, provee a los participantes de conocimientos suficientes para iniciar y desarrollar huertas caseras a partir de 2 programas: el Programa I Huertas Caseras Básico y el Programa V Hidroponía Intermedia para Huertas Caseras.
En este 2025, para este primer semestre, están participando 56 familias, distribuidas en 3 grupos, los representantes de éstas son vecinos de la zona, provenientes de los cantones de Puntarenas (El Roble, Barranca y la Gran Chacarita), Esparza (Macacona, San Juan Grande, San Jerónimo), y de Montes de Oro (Miramar). Los grupos están conformados mayormente por mujeres, en su gran mayoría son adultos de más de 50 años de edad y, adultos mayores.
Durante el aprendizaje práctico, mediante el método “aprender haciendo”, los estudiantes ponen en práctica lo aprendido en la clase teórica en la Huerta Modelo de la UTN, donde los representantes de las familias tienen la oportunidad de realizar las actividades propias de una huerta, de acuerdo a lo aprendido en los talleres, para luego replicarlo en las huertas que implementan en sus propios hogares.
Durante los talleres, a las familias se les proporciona una serie de elementos como guantes de jardinería, bandejas plásticas para realizar compostaje de cáscaras de vegetales, sustrato de abono orgánico y establecimiento de plantas, además de algunas herramientas adicionales que contribuyen y facilitan el proceso de aprendizaje como lapiceros, libretas y carpetas.
Conforme avanzan en este proceso y en el desarrollo de las huertas en sus casas, los representantes de las familias participantes comienzan a percibir los múltiples beneficios que genera producir sus propios vegetales, desde una mejoría en la calidad integral de sus vidas que va más allá de sólo consumir alimentos frescos y mejorar su alimentación y la de sus familias, sino que, impacta positivamente en la salud mental y bienestar emocional, la salud física se ha visto grandemente mejorada, el constante movimiento por la diversas actividades de la huerta les permite mejorar su movilidad y fortalecer sus músculos.
El contar con un espacio donde practican una actividad que les resulta muy agradable y salir de la rutina, contribuye a la liberación de estrés generando una sensación de paz al estar en contacto con la naturaleza. En el taller, durante el aprendizaje teórico - práctico, las familias participan también de refrigerios que ellos mismos proveen, este compartir les permite hacer comunidad, compartir experiencias personales; interactuar con nuevas personas les ayuda a estrechar lazos de amistad entre ellos y con sus familias, ya que se involucran en las diferentes actividades de los espacios de producción de plantas, etc.